jueves, 11 de noviembre de 2010



Seriamente y aunque suene gracioso: tener varias personalidades te saca airosa de muchas situaciones dramáticas. Soy varias personas a la vez y varias personas que piensan muy diferente. Aún así, eso no me genera conflicto. No me contradigo: pienso diferente dependiendo de muchos factores. Todas mis personalidades conviven silenciosamente adentro mío y esperan su turno para salir. ¿De qué depende? ¿Cómo saben cuál de ellas tiene que salir? Bueno, ellas sí tienen las ideas claras y saben que cada situación merece una personalidad diferente, que se adecue, se amolde a las circunstancias vigentes.Las circunstancias reinantes eran un tanto lóbregas: nuevo colegio, nuevos compañeros, nuevos profesores. Requería una nueva personalidad para enfrentar todos esos cambios. Uno tiene que amoldarse a un nuevo trabajo, a una nueva pareja, a un nuevo grupo de amigos, etc. Quienes no sabemos amoldarnos necesariamente hacemos un cambio total de personalidad, creando una que reúna justo lo que los demás esperan de nosotros. Así es más fácil “encajar”, eso que me costó toda la pre-adolescencia.

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